La celebración de cumpleaños había comenzado ayer, con el asado y el carrete piola que hicimos. La pasé muy bien. Es extraño, pero fue un carrete anormal. Jamás lo había pasado lejos de casa y la única persona mas cercana a mi era mi Soulmate, porque a su familia recién la venía conociendo, pero me trataron como si fuese uno de ellos, y a pesar de no estar con la gente con la que normalmente paso mis cumpleaños (amigos, familia, etc.) me sentí bien al celebrarlo con ellos. Algo que nunca se olvida, como lo dijo Beautiful Stranger en el post anterior.
Desperté como a las 12 porque escuché a la tía de mi Soulmate hablando alto (no gritando), creo que mi Soulmate también la escuchó porque también se despertó. Como sea…
- ¿Tenís caña? Me preguntó.
- No, para nada. O sea, no tanto, no como el viernes. Le dije.
- Nada se compara al viernes po. Se rió.
- Sipo… tengo hambre. Le dije.
- Yo también. Bajemos a comer algo mejor. Me dijo.
Bajamos a la cocina y estaba la tía de mi Soulmate, preparando mariscos y pescado para el almuerzo. Me tomé un café y me puse a ver tele. No recuerdo qué.
Me empezó a llamar mi familia por mi cumpleaños. Primero mi mamá, después mis hermanos, algunos tíos y amigos. También me mandaron algunos mensajes al celular, deseándome lo mejor por mi cumpleaños.
Me llamó la Pancha, prima de mi Soulmate, diciéndome Feliz Cumpleaños. Me dijo que le preguntará a mi Soulmate si tenía plata para pagarle el pasaje desde Santiago a Valparaíso, porque ella tenía para el de Valparaíso a Santiago. La noche anterior le había ido mal en el casino, por lo que perdió las ultimas diez lukas que le quedaban. Tenía sólo dos lukas y le faltaban las otras dos para el pasaje de regreso. Mi Soulmate se las prestó.
Mi pasaje estaba comprado con horario 5 de la tarde. Ya eran, más o menos, las dos y media, por lo que teníamos que regresar al departamento, esperar a Pancha, arreglar mi maleta y bañarnos. Nos fuimos de la casa de los tíos de mi Soulmate, sin antes agradecer por lo bien que la había pasado. En el camino hacia el Metro, se nos ocurrió cambiar el pasaje.
- Mejor te vas mañana. Para que aproveches de ver a Pancha. Sugirió mi Soulmate
- Si, mejor. Además mañana tengo una sola clase. Respondí.
Entonces nos fuimos al Terminal San Borja, para cambiar el pasaje. Lo cambié para el día martes a las 11 de la noche.
Regresamos al departamento a esperar que llegara Pancha. Chiva estaba como siempre, con la parquedad que la caracteriza. Como a las cinco tocan el timbre del departamento.
- Es Pancha -me dice mi Soulmate- escóndete.
- Ya. Le respondí y me metí al baño.
Mientras Pancha preguntaba dónde me encontraba yo, mi Soulmate respondía que ya me había ido, porque ya eran cerca de las cinco de la tarde, hora en que estaba comprado el primer pasaje. Pancha se quejaba de que venía corriendo y que pese a todos los esfuerzos que hizo, no me pudo ver. Entonces salí del baño y la tomé por sorpresa. Nos abrazamos y abrazamos… No nos veíamos desde que Pancha pasó por La Serena, cuando iba viajando a Calama, en julio (Diez Minutos). Conversamos durante un rato, nos fumamos unos cigarros, pero ya el hambre nos estaba llegando. Fuimos a comprar pan al supermercado que queda cerca del departamento, para tomar te. Nos reímos tanto de la gente que estaba ahí, desde una señora con un sweater con rombos, hasta dos niñas con cara de wekas. Nos reíamos por los diferentes nombres que se le da a cierto tipo de pan. Si bien en Calama es más común decir “pan batido”, creo que en Santiago es “marraqueta” o “pan francés”. La cosa es que nos reíamos tanto en el supermercado, por tonteras como estas. Empezábamos a gritar “el pan batido esta listo” y toda la gente nos miraba con cara de estos-de-dónde-salieron. Fue muy divertido todo ese rato que estuvimos en el supermercado, bromeando y tonteando como niños. =)
Llegamos a la casa, nos servimos te, preparamos huevo con tomate y a comer!
Conversábamos sobre los carretes, la U, las perdidas en el casino de Pancha, lo que se siente tener una tarjeta de una multi-tienda, etc. Las mismas cosas tontas que hablan los amigos universitarios cuando no se ven durante un tiempo.
Ya cerca de las 9 de la noche, Pancha tenía que regresar a Valparaíso. Aunque le insistimos en que se quedará por un día, nos dijo que no, porque tenía clase de física y ya había faltado mucho. Tratamos de retenerla lo más que pudimos, pero fue imposible y se fue. La fuimos a dejar al Metro y me despedí de ella, con la esperanza de verla pronto, quizás en Fiestas Patrias.
Regresamos al departamento.
En el próximo post: Ultimo Capítulo... Llueve en Santiago, Kinkybeck se va a una clase de Anatomía, conoce a los amigos de su Soulmate y abandona Santiago. No te lo pierdas!
Hasta el próximo.