Mi pasaje ya esta comprado para las 13:30. De todas maneras tengo que ir a clases desde las 9:45, pero creo que aunque físicamente estaré, mi mente estará volando por muchos lugares, pensando constantemente en tan ansiado viaje. Porque, aunque suene de provinciano, he esperado este viaje desde hace mucho tiempo.
No por ir a la gran capital y respirar el smog de la farándula criolla, ni tampoco por comprarme estupideces que a provincias no llegan, ni menos por visitar lugares que no conozco, sino porque necesito este viaje.
Necesito salir de La Serena. De la monotonía que esto se convierte. De las papayas y demases. Necesito desconectarme de la Universidad. Respirar el smog y no este aire húmedo. Sentir ese ambiente distinto que todos dicen que Santiago tiene. Relajarme y descansar en la gran Metrópolis. Olvidarme de todo y desenchufarme del mundo.
Pero sobre todo esto, necesito ver, abrazar y besar a mi Soulmate, que no la veo desde Marzo.
No importa que nos quedemos todos estos días en su departamento, sin hacer nada. Es más que suficiente para mí. El hecho de sentirla cerca mío ya me llena.
Viajo hasta el lunes, para celebrar mi cumpleaños, en los nunca bien ponderados buses Tas Choapa, o algo así. Era lo más económico en este fin de semana largo.
Me voy con los bolsillos prácticamente vacíos, pero mi Soulmate ya me dijo que será mi sponsor por estos días. Me dijo que patrocinará desde el boleto de metro cuando llegue a Santiago, hasta el cocaví para cuando me devuelva a La Serena.
Así que deséenme suerte en este viaje.
Pronto les contaré sobre mi pequeño paso por Santiago.